El nombre de este mineral deriva del latín albus, que significa blanco; y, en efecto éste es el color característico de la albita. Una curiosa variedad de albita es la periclina, un mineral que se presenta en cristales opacos de color blanco lechosos en los que a veces se observa la presencia de clorita. Otra variedad de la albita es la cleavelandita, que aparece asociada a la turmalina y forma cristales blancos tan extremadamente finos que a veces son transparentes.
- LA ALBITA "LA FALSA PIEDRA DE LA LUNA" -
La albita no tiene un gran valor gemológico, pero su aspecto semitransparente enriquecido por los reflejos llamados <<vagantes>> (es decir, no fijos en un punto)
y su color blanco lechoso hacen que a veces sea interesante como piedra dura semipreciosa. En ocasiones se denomina erróneamente <<piedra de la luna>>,
y se talla por lo general en cabujón. Los ejemplares incoloros y vítreos, menos comunes, se tallan en brillante.
Se puede confundir con la autentica piedra de la Luna (adularia).
Su escaso valor de mercado hace inexistente la producción sintética, mientras
que a veces es imitada con la espinela sintética.
- ASPECTO GENERAL DE LA ALBITA -
La albita se da en forma de cristales prismáticos, a veces tabulares (llamados tipo periclina), incoloros o de color blanco o blanco grisáceo; también puede tener habito granular. Los cristales de albita se encuentra a menudo asociados en varios ejemplares que constituyen dos series paralelas; en estos casos se dice que la muestra presenta maclas polisintéticas.
- PROPIEDADES FISICOQUÍMICAS DE LA ALBITA -
La albita es un silicato de aluminio y sodio perteneciente al grupo de los feldespatos triclínicos, llamados plagioclasas, que pertenecen a su vez a la subclase de los tectosilicatos, presentes en las rocas ígneas y metamórficas.
La albita es un mineral que contiene sodio y pertenece también a la serie de las plagioclasas (llamada isomorfa: minerales de igual forma pero distinta composición química); dicha serie comprende minerales como la oligoclasa,
la labradorita y la anortita. Se trata de un mineral bastante duro, pero ligero y perfectamente exfoliable. Funde con bastante dificultad (5-6, según la escala Kobell), y colorea la llama de amarillo por la presencia de sodio en su estructura; la abita reacciona sólo con el ácido fluorhídrico, en el que se disuelve dejando un residuo gelatinoso.
- FORMACIÓN Y ASOCIACIONES DE LA ALBITA -
La albita se halla como componente esencial de gran parte de las rocas ígneas ácidas (es decir, que contienen elevadas cantidades de sílice), tanto intrusivas (que cristalizan en el interior de la corteza terrestre) como efusivas (que solidifican en superficie). Está también presente en muchas rocas metamórficas esquistosas, como gneis y micacitas. La albita se halla asociada con otros minerales típicos de las rocas ígneas, como cuarzo, ortosa y moscovita.
- CÓMO RECONOCERLA Y DÓNDE BUSCAR ALBITA -
Se pueden encontrar bonitos ejemplares en las grietas que se forman en las rocas alpinas de origen ígneo y metamórfico.
La albita se distingue fácilmente del cuarzo, ya que este ultimo no presenta exfoliación, y de la calcita y la dolomita por presentar éstas menor dureza.
En España, donde más abunda la albita es un Asturias (Boal), Andalucía
(Cádiz y Málaga) y Cataluña (Barcelona y Gerona).
En el extranjero, la albita abunda da las rocas metamórficas de California y en las pegmatitas brasileñas, como acompañante en las turmalinas, aguamarinas, kunzitas, etc, de Pakistán, mientras que en Europa está presente en las grietas alpinas de Suiza, Austria e Italia.
- APLICACIONES Y VALOR DE LA ALBITA -
Los cristales bien formados son apreciados por los coleccionistas, pero el valor
de la albita está vinculado a su empleo industrial para la fabricación de cerámica
y materiales resistentes al calor. Además, se utiliza en gemología como piedra semipreciosa.