Para quienes hayan decidido coleccionar minerales, las posibilidades son muchas, pues la variedad y la cantidad de minerales existentes aseguran una actividad muy satisfactoria, aunque también compleja. En comparación con la colección de gemas o de rocas, la de minerales es sin duda la más popular y extendida.
La mejor opción es decidirse por uno o como máximo dos tipos de colecciones, organizando la actividad con cierta lógica y método.
Cuando se dice "tengo una colección de minerales" no se especifica con suficiente claridad las características de la misma. De hecho, existen varios tipos de colección, de los que dependen la organización del espacio de que disponemos para su exposición, así como la catalogación y etiquetado. El fichero puede ser escrito a mano o electrónico (realizado con ayuda de una base de datos en un ordenador), aunque, siempre es recomendable la ficha escrita a puño y letra porque si tenemos algún problema en el pc de la colección perderíamos todos los datos de nuestros ejemplares.
Las colecciones de minerales se pueden "clasificar" en tres tipos "generales": sistemática, geográfica y estética.
Con un poco de imaginación y un mínimo de experiencia, se pueden realizar colecciones personalizadas, basadas en criterios como el color o la forma entre otras muchas opciones.
- LA COLECCIÓN SISTEMÁTICA -
Se trata del tipo de colección más científico, generalmente adoptado por los mineralogistas expertos y los profesionales, y es indudablemente el más completo y didáctico desde el punto de vista mineralógico. Una colección sistemática se basa esencialmente en la clasificación de los minerales adoptada dentro del ámbito científico, es decir, en la clasificación cristaloquímica de Strunz. En la practica, se adopta la división científica según las clases mineralógicas como criterio de clasificación de los ejemplares, tratando de "reproducirla" dentro de la colección, que, evidentemente, tendrá mucho más valor científico cuanto mayor sea el número de clases que contenga. Se trata de un tipo de colección bastante laboriosa, y que obliga a recoger ejemplares procedentes de localidades a menudo lejanas y, por tanto, bastante caros.
La colección sistemática es ciertamente exhaustiva: permite al aficionado adquirir un conocimiento general de los tipos de minerales y le ayuda a comprender las bases químicas y físicas de la mineralogía. Obviamente, al principio no es necesario tener una cantidad excesiva ejemplares de todas las clases, y es conveniente empezar dedicándose al estudio de una o dos clases, para pasar posteriormente a las otras. Se puede optar también por una elección de los ejemplares más representativos de cada clase. La complejidad de esta tipología permite dar a la colección un carácter dinámico y variado, además de fiable científicamente.
Todas las colecciones de piedras deberían tener la posibilidad de crecer con el paso del tiempo y enriquecerse de variedades mineralógicas: en una colección sistemática, cumplir estos requisitos es el objetivo principal de la colección.
- LA COLECCIÓN GEOGRÁFICA -
Es un tipo de colección menos rigurosa desde el punto de vista mineralógico, pero más barata, más practica y, en cierto sentido, más apasionante que la sistemática.
Decantarse por este tipo de colección supone recoger muestras de todos los minerales que se puedan encontrar en una determinada zona, con independencia de su aspecto y de la clase al que se pertenezcan. Naturalmente, el área de interés puede ser el lugar donde se vive, se veranea o que nos guste por cualquier otro motivo, lo cual permite reducir considerablemente los coste y hace más cómoda la búsqueda, o bien un país lejano.
Los coleccionistas más precisos pueden escoger entre colecciones regionales y locales. En el primer caso, los ejemplares pueden proceder de una región administrativa o de una región geográfica caracterizada por una cierta homogeneidad geológica o mineralógica. En el caso de colecciones locales, la recogida se limita a ejemplares procedentes de una zona bastante restringida, como un determinado valle de alta montaña.
La colección geográfica puede comprender ejemplares menos atractivos o interesantes que los presentes en una colección sistemática, pero permite alcanzar un conocimiento más exhaustivo de la naturaleza geológica de una zona concreta.
- LA COLECCIÓN ESTÉTICA -
La colección estética es indudablemente la menos científica de los diferentes tipos de colección existentes, pero es también la que aporta mayores satisfacciones.
Se trata de la recogida de ejemplares que presentan cualidades estéticas excepcionales en cuanto a forma, color, pureza, asociación y perfección de los cristales, con independencia de la clase mineralógica a la que pertenezcan y de la variedad de las tipologías.
Esta colección, si bien es la más agradable de contemplar, requiere un gasto considerable: de hecho, es muy difícil conseguir los ejemplares adecuados sobre el terreno, y hay que optar generalmente por comprarlos, a veces a precios muy altos. Además, por su naturaleza, la colección estética presenta otro problema: los ejemplares requiere un lugar de exposición y una presentación adecuados (por ejemplo, un mueble bonito o una vitrina), esto suele conllevar un gasto adicional.
- OTROS TIPOS DE COLECCIONES (MINI COLECCIONES Y MICROMOUNTS) -
En esta categoría puede incluirse una amplia gama de tipologías, que dejan espacio a la creatividad y a las posibilidades económicas del coleccionista, teniendo en cuenta que lo principal y más importante es tener claro que la colección está personalizada a nuestros gustos y que irán mejorando y subiendo de nivel en todos los aspectos según la cantidad de conocimientos que podamos adquirir y al tiempo y trabajo que dediquemos a nuestra colección. En realidad, no existe una codificación precisa para este tipo de colecciones "especiales", pero se pueden identificar algunos ejemplos típicos.
Entre las más extendidas se encuentra las llamadas "minicolecciones", constituidas por ejemplares pequeños (no más de 2 cm), que se pueden guardadas en cajas o en cajones. Se trata de minerales generalmente bien formados y de interés científico, que se pueden colecciona siguiendo un criterio sistemático o geográfico.
El precio de estas muestras suele ser bajo y no es difícil encontrar algunos ejemplares verdaderamente interesantes sobre el terreno.
Además, están las llamadas colecciones micromount (es decir, "de montaje microscópico"), constituidas por ejemplares de dimensiones milimétricas montados sobre soportes adecuados para ser vistos al microscopio. Esta colección tiene la virtud de contar con ejemplares muy hermosos y fáciles de almacenar, pero requiere necesariamente disponer de un microscopio de buena calidad y, por tanto, un gasto inicial.
Por ultimo, es posible organizar colecciones personales que utilizan los criterios más dispares. Lo importante es que mantengan una cierta uniformidad: éste, precisamente, es el requisito fundamental de una colección. Entre los criterios posibles, se puede optar por recoger todos los minerales de un mismo color o de un habito cristalino determinado, que presentan una cierta aplicación practica, que estén relacionados con mitos y leyendas, y así sucesivamente.